La indefensión aprendida y los estilos parentales. Educar para que estén mentalmente saludables.
Para empezar, el lector debe conocer lo que se denomina como “indefensión aprendida”. La indefensión aprendida consiste en que ante las adversidades que pueden aparecer a lo largo de la vida, aprendemos a evocar pensamientos y sentimientos de frustración e impotencia, incluso de discapacidad. Imagínese en qué situación y qué sentimientos puede tener una persona que llegue a pensar que da igual lo que intente hacer para mejorar su situación, puesto que nunca sabe cuál es la respuesta correcta.
Los diferentes estilos de crianzas parentales.
De esta problemática nadie está exento, ni niños, ni adultos… ni por supuesto padres/madres, y menos aún si tiene hijos/as con algún tipo de problemática. Esta situación está relacionada con el estilo de crianza que comparten los padres/madres. De manera breve, explicaremos los diferentes estilos parentales que propuso Schaefer en 1959:
Permisivo o comprensivo: Este estilo aparece cuando los/as padres/madres son muy afectivos/as y comunicativos/as y no aplican medidas coercitivas cuando sus hijos comenten errores, ya que tienen dificultades para imponer normas, clarificarlas y argumentarlas.
Democrático o autoritativo: está presente cuando los padres/madres son razonables y demuestran afecto, y a su vez son firmes y aplican disciplina inductiva (dialogando y explicando las normas de manera clara y argumentada).
Indiferente o negligente: No se determinan límites ni tampoco proporcionan afecto. No hay normas claras y a veces una conducta se premia y otras se castiga.
Exigente o Autoritario: Se produce cuando se cría de manera severa, inflexible, y usando a menudo la violencia. Constantemente recuerdan normas y obligaciones, generan rechazo, temor e indiferencia.
¿Cómo repercute el estilo parental a los hijos/as? Relación con la indefensión aprendida.
Cada estilo repercute en cierta medida tanto en el comportamiento de los hijos/as, así como en el estado emocional de ellos/as. Por ello creemos necesario reconocer cuales son los estilos de crianza parental que protegen a los hijos/as de padecer esta problemática, y cuáles son los que favorecen la aparición de la indefensión.
Estudiando las consecuencias relacionadas con cada estilo parental, se ha observado que los estilos autoritario, y negligente o indiferente, están más relacionados con la aparición de la indefensión aprendida. Por tanto no consideramos los más adecuado para educar a sus hijos. Por otro lado, el estilo permisivo o comprensivo proporciona una elevada autoestima, autoconfianza y sociabilidad, aunque también falta de autocontrol y de logros escolares, problemas de conducta debido al escaso autocontrol, no tener los límites claros, inmadurez, poco respeto y responsabilidad y además tienen un bajo nivel de tolerancia a la frustración. Y por último, las consecuencias de utilizar un estilo de crianza democrático o autoritativo (el que se recomienda utilizar) son que los hijos/as tienen un mayor autocontrol y autoestima, son más capaces de afrontar situaciones nuevas con confianza, son interactivos y hábiles en las situaciones sociales, muy afectivos, tienen valores morales y sociales interiorizados, y asumen normas y tienen una competencia social muy desarrollada.
Relación entre los estilos de crianza y problemas emocionales
Como en una situación de indefensión aparecen pensamientos de incapacidad y un halo de negatividad, también se ha relacionado con la conducta depresiva, puesto que se ha observado cómo los pensamientos que una persona tiene puede manipular sus emociones y sentimientos. Por ello, a día de hoy, se ha llegado a la conclusión que las personas que se han criado en hogares democráticos o autoritativos son menos propensos a padecer trastornos de tipo internalizante, como son la depresión y la ansiedad, al contrario de lo que se observa con personas criadas en entornos autoritarios e indulgentes o negligentes. Aunque se debe de tener presente dentro del estilo democrático o autoritativo el control psicológico (transmitir desacuerdo o proyectar la culpabilidad en el/la hijo/a), puesto que esto puede dar lugar a cierta dependencia, cierta ansiedad debido al poco control que percibe el chico/a sobre su conducta, y también a prestar más atención a que haya un equilibrio en el clima emocional de su familia en consecuencia de dedicarle menos tiempo y atención a sus propios sentimientos y emociones. Esto puede dar lugar a una mayor interiorización de problemas.
No se olviden de que los estilos de crianza no son lo único que favorece la aparición de la indefensión aprendida. Entre otras, nos gustaría señalar las siguientes situaciones:
Cuando cualquier adulto ejerce una presión exagerada sobre ellos durante las tareas en el colegio o alguna actividad extraescolar.
Cuando sus mismos compañeros de clase o de juego le presionan, le impiden hablar en un grupo o jugar a alguna actividad en grupo.
Cuando aparece una situación de bullying.
Cuando unos/as padres/madres tienen sentimientos de fracaso respecto a la crianza de sus hijos porque no consiguen controlar el comportamiento de sus hijos.
Recomendaciones
Por ello, nuestra recomendación es que dialoguéis con ellos las normas de convivencia y la disciplina que ejerzáis sin dejar de ser firmes ante vuestras decisiones, poned normas y consecuencias claras aunque debéis ser un poco flexibles según la situación, y lo más importante, demostrad afecto y confianza.